La pandemia, las condiciones climáticas y la invasión de Rusia a Ucrania, siguen afectando la producción y abastecimiento de los aceites vegetales en el mundo, lo cual incide en su precio, destacó la Federación Nacional de la Cadena Productiva del Aceite de Palma (Propalma).
Según cifras del gremio, entre marzo del 2020 y el mismo mes del presente año, el precio de la tonelada de aceite de palma pasó de $576 a $1.794 (aumento del 211%).
Un crecimiento similar experimentó el producto a base de girasol (246%). Mientras que la tonelada de los aceites de canola y soya aumentaron un 165% y 178%, respectivamente.
«El efecto de la guerra ha generado la restricción de exportaciones de aceite de girasol fijada por Ucrania, lo que ha llevado a los diferentes mercados a buscar alternativas de suministro como el aceite de palma y soja, motivando el aumento de la demanda de estas materias primas, y consecuentemente, el incremento de precios de estas a niveles históricos máximos», resaltó Propalma.
A ello se suma, la sequía que está afectando los cultivos de soja de Argentina, Brasil y Paraguay, así como las restricciones de exportaciones adoptadas por Indonesia, el principal productor mundial de aceite de palma.
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En el contexto ecuatoriano, la cadena productiva de la palma ha perdido 110.000 hectáreas de cultivo por el embate de la plaga denominada pudrición del cogollo, que ha reducido la producción de aceite de 604.000 a 380.000 toneladas.
«Esto, sin sumar, los costos adicionales de producción, transporte y derivados, que también se vieron afectados por otro factor importante, la pandemia del Covid-19, misma que frenó la operatividad logística y cuyos efectos se sienten hasta la actualidad», explicó el gremio palmicultor.
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