Con el objetivo de reutilizar los residuos orgánicos generados en su Centro de Distribución de Fríos (CDF) y reducir el desperdicio de alimentos y la cantidad de residuos entregados a la recolección municipal, Almacenes Tía llevó a cabo el proyecto ComposTía.
La iniciativa consiste en la elaboración de compost a partir de los desechos alimenticios del CDF, el cual es comercializado posteriormente entre sus propios proveedores como abono orgánico para sus cultivos de frutas y verduras.
El proyecto inició hace un año en el Centro Regional de Distribución (CRD), en Calacalí, Quito, con la creación de un espacio de compostaje para tratar los residuos orgánicos, el cual dio como resultado el Vermicompost, un abono orgánico o humus obtenido a través de un proceso de lombricultura.
Este humus se obtiene de la mezcla de elementos orgánicos, tierra, hojarasca, melaza y lombrices californianas. La primera etapa de este proyecto duró ocho meses y durante este tiempo se trataron 2.836 kg de materia orgánica que se transformaron en 204 kg de abono. En diciembre del año pasado, se entregaron 20 paquetes de ComposTía a agricultores para ser utilizado en sus siembras.
“Con ComposTía, al ser un proyecto de impacto ambiental positivo, queremos aplicar a la certificación Punto Verde de producción más limpia en nuestro Centro Regional de Distribución (CRD) de Quito”, menciona Paola Ñaupari, analista de seguridad industrial y medio ambiente de Almacenes Tía.
A futuro se espera incrementar la producción del abono y mejorar la gestión de desechos en las tiendas.