Biodiésel
Un equipo de investigadores de la Universidad Internacional SEK analiza cómo producir biocombustibles utilizando microalgas cultivadas en aguas residuales.

El biodiésel puede ser una alternativa para reducir el CO2 en Quito

Quito es una de las ciudades que más emisiones de CO2 genera cada año. La Secretaría de Ambiente de la Capital calcula que estas llegan a los 7 millones de toneladas y que alrededor del 90% de los contaminantes emitidos a la atmósfera provienen del transporte terrestre, que agrupa aproximadamente 550.000 vehículos.

Si bien mejorar la calidad del aire de Quito es una meta a largo plazo, ya se están analizando varias alternativas para cumplir este objetivo. Una de ellas: el biodiésel.

Este tipo de combustible se produce a partir de fuentes renovables como aceites vegetales, así como de grasas animales o de microorganismos como las microalgas. El biodiésel contiene oxígeno en su estructura y produce una mejor combustión, una menor emisión de hollín y suele tener mejores propiedades lubricantes, lo que puede prolongar la vida útil de los motores

Desde 2019 un equipo de investigadores de la Universidad Internacional SEK, con el apoyo de la Universidad Rey Juan Carlos de España, analiza cómo producir biocombustibles utilizando microalgas cultivadas en aguas residuales. Johanna Medrano, docente UISEK y directora de este proyecto de investigación, explica que con esto cumplen un doble propósito: la biorremediación de aguas residuales y valorizar energéticamente la biomasa producida analizando su conversión a biodiésel.

A través de reacciones químicas de transesterificación, los triglicéridos se convierten en ésteres metílicos de ácidos grasos (biodiésel) y glicerol (subproducto), que pueden aprovecharse como materia prima en la elaboración de jabones.

Por el momento, no es posible la producción de combustibles a gran escala pues, al ser microorganismos, la cantidad de lípidos que contienen es baja y se requiere de cultivos de gran escala para que el proceso sea rentable en instalaciones denominadas biorrefinerías de microalgas. A pesar de eso, actualmente se busca optimizar las condiciones de cultivo en fotobiorreactores aprovechando el clima de la capital para maximizar la producción de biodiésel.

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