En el mundo el sector agroalimentario ha crecido por encima del 10%, convirtiéndose en una industria clave para el desarrollo de la economía. En el caso de Ecuador durante el 2022 generó un aporte al Producto Interno Bruto (PIB) equivalente al 7%, con un total de ventas netas enero a septiembre de 13.636 millones de dólares y la contribución de casi el 11.3 % de empleos adecuados.
En ese contexto, el Informe Tendencias Agroalimentarias 2023 subraya la relevancia de la innovación en la transformación de la cadena agroalimentaria. Además, destaca que la cantidad de dinero que se invierte en tecnología agroalimentaria se ha multiplicado por más de seis desde 2012: de $3 mil millones a casi $18 mil millones a nivel de Europa, según AgFunder y esa tendencia va a aumentar considerablemente en los próximos dos años. A esta realidad podrían sumarse los países de Latinoamérica.
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Las nuevas tecnologías contemplan el riego inteligente, el aprovechamiento del agua en la economía circular o la regeneración de las aguas residuales, de purines y residuos. Tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) permiten monitorizar y pronosticar el clima, mitigando los impactos de eventos climáticos extremos, como sequías, granizo e inundaciones. En el ámbito energético, la tecnología de generación eléctrica está avanzando de forma acelerada en renovables como la eólica o la solar fotovoltaica, así como la provisión de soluciones para comunidades energéticas inteligentes, gestión de redes y eficiencia energética son ya irremplazables.
Las empresas como Minsait ponen a disposición de este sector tecnologías que contemplan el análisis de datos como el clima, el suelo, los cultivos, los animales, la producción, el mercado, las políticas, la tecnología, la financiación, la regulación, la investigación y el desarrollo, para establecer soluciones y servicios comunes que potencien los modelos del negocio del sector agrícola.