Inquieta y soñadora, con ganas de cambiar el mundo para bien. Así era de niña Pilar Proaño Villarreal, quiteña de nacimiento que entre esos anhelos estaba convertirse en la primera ecuatoriana en llegar al espacio, ser astronauta.
Aquellos sueños de cambio, de ayudar a todos, de ser una gran defensora de los derechos humanos, le sirvieron para inclinarse por la carrera de derecho. Para llegar a ese punto, tuvo dos pilares de apoyo fundamentales: sus padres.
Cuenta que de su mamá heredó la fortaleza, disciplina y de siempre querer hacer más, mientras que de su papá tiene la constancia del trabajo y la sensibilidad. “Mi padre siempre daba los consejos más humanos, de que las personas que trabajan con uno, en cualquier espacio, son iguales, porque las oportunidades económicas no hacen la diferencia en los seres humanos”, dice. Se cataloga como una mujer de carácter, constante, disciplinada, humana, a veces obsesiva con sus cosas, y siempre actualizando sus conocimientos con estudios y lectura.
Un día, un comentario de un conocido, sobre una oportunidad laboral, hizo que su vida de un giro inesperado, lo que le permitió enamorarse de la pesca y acuacultura del país. Todo empezó por el 2005 -2006 cuando entró a trabajar en la Dirección General de Intereses Marítimos de la Armada Nacional, un área que se enfoca en el desarrollo marítimo, convenios relacionados a la actividad del mar, investigación, etc. Fue una gran oportunidad que no desaprovechó para su crecimiento personal y profesional.
Ella es abogada, pero su participación en esta área hizo que se enamore de la amplia variedad que brinda este sector. Aquel trabajo le permitió participar en diversos foros internacionales de actividades del mar, estuvo en el proceso para promover la adhesión de Ecuador a la Convemar (Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar), así como otros convenios marítimos que el país debía adoptar o actualizar.
“Ese es el lugar donde aprendo el tema del mar y básicamente cojo un amor particular a la actividad del mar”, indica Proaño.
Antes que se le presentara esta oportunidad, ejercía su profesión de abogada. Luego, en 2011, fue asesora del entonces ministro de Defensa, Javier Ponce, en temas vinculados al mar, y quien la delegó como su representante al Comité Interinstitucional del Mar, que era responsable de construir la política oceánica y costera del país y poner las líneas transversales de las actividades multidisciplinares marítimas.
Este crecimiento profesional le valió para que, en 2013, el entonces ministro de Agricultura y Ganadería, Javier Ponce, la llame para que se encargue de la Gerencia del Proyecto de Legalización de Tierras, en donde regularizó alrededor de 150.000 títulos de tierra a favor de los agricultores y campesinos del país.
Después pasó a la Subsecretaría de Puertos y Transporte Marítimo y Fluvial, en donde había que organizar el plan portuario nacional, el plan maestro de puertos y la estructuración institucional de la autoridad marítima.
Viceministerio
Luego de ello, en noviembre de 2014, le piden que asuma el Viceministerio de Acuacultura y Pesca. Lo primero que hizo fue asentar la institucionalidad de la entidad, a fin de fortalecer sus procesos internos.
Recuerda que cuando llegó había una notificación de riesgo de tarjeta amarilla de la Unión Europea hacia Ecuador que lo consideraría país no cooperante en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.
Además, una notificación de Estados Unidos de una acción de restricción para las exportaciones hacia dicho mercado por incumplimientos en tema normativo y pesca ilegal. Por ello, emprendió acciones para sanear todos los procesos administrativos y de sanciones que se habían levantado en contra de Ecuador, a fin de obtener una certificación positiva estadounidense y no tener problemas con las exportaciones pesqueras.
También, abrir espacios de diálogo con la UE para evitar la posible tarjeta amarilla. Por eso, hizo una hoja de ruta que comprendía, entre otras cosas, la actualización del reglamento a la ley de desarrollo pesquero de esa época.
Además, promovió el plan de la maricultura en Ecuador y el diseño de un sistema de trazabilidad para la actividad acuícola y pesquera, se hicieron los estudios del proyecto de electrificación camaronera.
En la actualidad, junto a un socio, trabaja en Proaño& Asociados, una firma consultora de acompañamiento integral, en temas legales, económicos, proyectos de gestión de riesgos, entre otros. Además, crearon una fundación.
“Desde estos espacios privados queremos apoyar a los sectores, no solo pesquero, acuícola, sino en varias áreas económicas y productivas”, señala Pilar Proaño.
15.000 títulos logró regularizar cuando asumió la Gerencia del Proyecto de Legalización de Tierras del Ministerio de Agricultura y Ganadería.